LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
Para alcanzar la verdadera libertad tengo que ser completamente sincero ante el Señor, reconocer que estoy atado a diversas esclavitudes, desenmascararlas con toda claridad, y reconocer también que todavía no estoy dispuesto a entregar esos venenos. Sólo debo comenzar pidiendo al Espíritu Santo la gracia de desear la verdadera libertad interior.
Así, poco a poco irá surgiendo el deseo profundo y sincero de entregar esas esclavitudes. Entonces el Espíritu podrá hacerme libre, para que recupere la alegría, el dinamismo, la paz. Aunque yo todavía no sepa cómo, y aunque le tenga miedo a la novedad, el Espíritu Santo se encargará de hacerme alcanzar los mejores momentos de mi vida. Porque sólo el que tiene la libertad del Espíritu puede ser auténticamente feliz.
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Un pensamiento diario de San Agustín de Hipona
"Dios me hace bueno"
La misericordia de Dios vino a mí, antes de mis méritos. Incluso si no hubiera encontrado algo bueno en mí, Él me habría hecho bueno.
Es Dios el que justifica a los que se vuelvan al él y reclama a los que aún están lejos, para que se conviertan. (Enarraciones sobre el salmo 58,2)
Oración - Señor, Mediador nuestro, Dios nuestro, hombre por amor nuestro, conozco tu misericordia. En tu amor por nosotros has elegido padecer. Ahora puedes consolar a los miembros de tu cuerpo que a causa de sus debilidades son sometidos a la prueba. Y puedes darles confianza en la desesperación. (Comentario al Evangelio de S. Juan 52,2)
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